jueves, 28 de septiembre de 2017

A propósito de la muerte de Hugh Hefner

Ha muerto a sus 91 años Hugh Marston Hefner, más conocido como Hugh Hefner, fundador de la revista pornográfica Playboy. Para estos momentos ya habrá dado cuenta ante el Creador sobre lo hecho en vida. Una oración por su alma.

Hefner pasó más de medio siglo lucrándose de la lujuria humana, vendiendo el cuerpo de mujeres atraídas por el dinero y de dudosa moralidad. Creó un imperio económico con su vulgar 'negocio' y seguramente llevó la impureza a miles de almas, millones de almas. De eso seguramente dará cuenta también.

No queda más por decir, su 'gloria' temporal ya ha culminado, Dios en su infinita paciencia le concedió 91 años de "gozo" terreno, que al parecer fue el único que le interesó a este señor. ¿Vale la pena gozar 91 años y poner en peligro una eternidad? Parece a todas luces un muy mal negocio.

¡Sic transit gloria mundi! Así acaban las glorias del mundo.


Leonardo Rodríguez


1 comentario:

Anónimo dijo...

En realidad su castigo empezó mucho antes:

1, porque se hizo viejo; lo cual es contrario al mundo y los valores que promovió con su imperio de pornografía (la juventud, el sexo, el glamour, las apariencias, la superficialidad...un viejo es solo un viejo, que necesitará del amor y la compañía de sdu familia)

2, porque perdió mucho dinero gracias precisamente a la cultura que él ayudó a crear: al promocionar el "soft porn", lo que hizo es promocionar la pornografía. Al final, la gente educada en pornográfica acabó buscando y comprando lo que él no daba:

pornografía y hard porn.

3, A pesar de vivir con sus conejitas en su mansión y de haber estado casado varias veces -fracasando en todos sus matrimonios-, fue una persona que no encontró el amor (lo cual es lógico en esos ambientes) ni la amistad. Estuvo siempre solo.

4, dudo mucho que viejo, solo y peleado con su familia hubiese aceptado el mundo que ayudó a traer con sus artículos de opinión, que eran anticristianos -pero en una nación cristiana y con valores cristianos, cosa que libertinos, sionistas y masones olvidan siempre (por eso no hay realmente ni masonería, ni sionistas, ni libertinaje público en los países islámicos)-

Sí, cuando somos jóvenes nos creemos que somos invencibles. Los reyes del mundo.
Tanto más cuando se es millonario, como este fracasado.

Luego la vida nos despierta con los años y nos lee la cartilla.

Eso es nos que pasa cuando en vez de utilizar el sexo para lo que es: procreación y fomento y fortalecimiento del matrimonio a través de la intimidad sexual, se utiliza para otras cosas.

Esto es, se promueven otras cosas que a lo mejor no es precisamente lo que se busca. Y el tiempo siempre pasa factura -en el peor momento-

No sería extraño que, viejo, se haya acordado muchas veces del matrimonio de sus padres, estrictos baptistas, con una vida sencilla y una familia unida. Ellos sí que habían triunfado en lo que importa, aun siendo mas pobres, menos glamurosos y menos adulados.

El éxito profesional y el dinero no los es todo, como tuvo la suerte del comprobar con su propia vida.