lunes, 30 de octubre de 2017

Mentes gaseosas

Buscando un adjetivo que pueda describir en forma aproximada el modo de pensar del hombre moderno, nos ha parecido que el vocablo "gaseoso" puede prestar un buen servicio.

Lo gaseoso no tiene forma, es difuso, indeterminado, variable, disperso e inasible.

Algo así pasa con la mente del moderno. Le han vendido la idea por todos los medios posibles de que lo correcto, lo racional, lo maduro, lo vanguardista, es ser "de mente abierta", "tolerante", "pluralista" y "respetuoso" de todas las "diferencias"; puesto que NO EXISTE LA VERDAD, nadie la tiene, no se encuentra en ninguna parte, lo que existe son las múltiples e infinitas opiniones posibles de cada individuo existente y posible.

En ese orden de ideas la mente del moderno es un verdadero ente 'gaseoso', informe, indeterminada y acomodaticia. Se acomoda a todos los vientos de doctrina porque no tiene ninguna. Acepta como válidas todas las posturas porque lo suyo es no tener postura alguna. Respeta todas las opiniones porque en el fondo considera que todas son igualmente inválidas, ninguna es más que otra, dado que la verdad no existe.

Todo esto es fácil de percibir cuando se sostiene una conversación por más de dos minutos con alguien típicamente moderno.  Y si se trata de alguien medianamente culto (suponiendo con generosidad que eso existe aun), se percibirá lo anterior incluso antes de los dos minutos.

¿Es esto un avance de la especie humana? ¿Esta "gaseosidad" del pensamiento actual representa un paso adelante en la historia humana? No lo creemos. Pero de esto seguiremos hablando más adelante.


Leonardo Rodríguez.


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